Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
26 de enero, 2012
Ya es público y por lo mismo sabido que los candidatos (as) del PRI a las ocho diputaciones federales en Tamaulipas habrán de conocerse el siete de febrero, sea cuando aun nos encontremos embargados de fervor republicano por el aniversario 95 de la Constitución del 17. Bonita fecha por vida de Dios.
Dicese que el cambio de fecha obedece a que los sectores no terminan de ponerse de acuerdo en la repartición de utilidades. Por su parte el escribidor supone que el asunto tiene el objetivo de evitar hasta donde sea posible “el chapulineo” de aquellos que no resulten agraciados que en caso de suceder, no sería la primera ni la última vez, en el entendido de que entre los políticos eso de los escrúpulos no pasa de ser una incómoda y comprometedora referencia. Nada más.
De manera que se pretende evitar “el chapulineo” y está bien porque de esta manera Luchino pasaría a ser considerado un magnífico controlador de emociones y un efectivo devorador de ilusiones. Bien por el dirigente tricolor que en estos afanes pone en práctica los conocimientos obtenidos en sus 30 años y algo más, de “talacha” partidista.
Sin embargo viera que por alguna rendija del PRI se ha fugado la disciplina. Y lo “más pior” es que un ex directivo estatal ha puesto el mal ejemplo. Tratase de Juan Manuel Reyes Barrón, ex secretario de elecciones quien lanza la primera piedra sin esconder sus deseos de convertirse en candidato a diputado federal.
Por supuesto es bueno se muestren a la vista del portador todos aquellos dispuestos a sacrificarse por el pueblo. Hasta ha de creer, es lo que debiera ser pero ya sabemos que no es. En este sentido y para efectos de los usos y costumbres del tricolor, Juan Manuel Reyes Barrón es un “indisciplinado” que difícilmente aparecerá en la lista final en razón de que “se movió” antes de tiempo y por lo tanto no saldrá en la foto, salvo error u omisión.
Usted dirá que no es el único porque Enrique Cárdenas del Avellano no se cansa de declarar que es “el bueno” pa’l distrito de Victoria. Tiene razón, aunque el caso de “quique” es especial ya que su historial dentro del PRI le permite esos lujos y todavía más. Ya ve como es. Usted replicará que dentro de un partido “demócrata” no es posible que existan distintas formas de medir la disciplina. Otra vez tiene razón pero, ¿qué quiere que hagamos?. Ni modo que nos pongamos en huelga de hambre.
En concreto, como dijo el albañil, alargar la fecha de los “destapes” en el PRI está provocando que algunos caigan en la desesperación y esto señoras, señores, perjudica al partido y desde luego a su dirigencia.
2.- En el inter, ya sabrá que el IFE multó al partido Verde Ecologista con 194 millones por haberse excedido en gastos de campaña. Algo histórico e inédito, pero bien merecido, dicen.
También sabrá que Jorge Emilio González Martínez, el nieto de don Emilio Martínez Manautou que en paz descanse, sigue siendo dueño de dicho partido después de serle heredado por su padre. Este “niño verde” pretende ser de nuevo senador de la república y seguro lo logrará gracias a la alianza de su partido con el PRI. Hasta aquí vamos bien.
Este jovenazo cuarentón pareciera convocar los escándalos. Recordéis aquel del pretendido soborno de dos millones de dólares por su firma pa’ liberar terrenos en la zona turística de Cancún que no pasó de ser “una muchachada”, sea que ni se investigó, sin embargo ahora parece que la cosa es más seria después de que una chica presuntamente se suicidó en uno de los departamentos del junior, ahí mismo en Cancún.
Los hechos apenas vieron luz pública hará dos meses y de ellos se desprende que la búlgara Galina Chankova Chanena primero se cortó las venas y después se arrojó desde el décimo piso “muriendo al instante”, como dicen los policiacos.
Las investigaciones a lo mejor no llegan muy lejos. Aquí lo interesante es comprobar que partidos como el Verde ecologista y el PANAL solo son inventados pa’ beneficio de familias que transitan por lo absurdo. Que respondan Emilito, Elba Esther, su hija y su yerno.
Y hasta la próxima.