Round de estudio

Max Avila

2 de febrero, 2012

A pesar del jolgorio vestido con los colores patrios, destacando el rojo por supuesto, y el entusiasmo de las mujeres de las que dijo es de lo mejor que tiene Tamaulipas, Enrique Peña Nieto no salió del esquema establecido. Digamos que su discurso fue preciso y sin caer en las provocaciones conocidas del PAN, aunque si estableció que los priistas no dejarán que amenazas a partir de prácticas autoritarias pongan en riesgo la democracia. Y todos sabemos a qué se refería.

Fuera de eso y de señalar el uso faccioso de la ley con afán electoral, además de criticar que la campaña no inicia pero sí los ataques de los contrarios, el ex gober del edomex se mostró cauteloso en un ambiente que en el recuerdo de Rodolfo Torre Cantú tuvo un momento de tristeza y melancolía. Y es que todavía duele su ausencia.

El asunto es que Peña Nieto vino, vio, saludó, habló y se despidió con los honores propios de quien puede convertirse en el próximo presidente de México. Por supuesto que en tales afanes lo acompaña su gaviota del alma que no lo deja ni a sol ni a sombra, como que sabe lo que sus debilidades o sus arrebatos que pa’l caso es lo mismo.

Dos estrellas sobre el escenario: una de Televisa y la otra del tricolor. Y el apoyo y respaldo definitivo para Lupita Flores y Manuel Cavazos Lerma. Fue de lo más destacado de un evento que podríamos calificar “de calentamiento” aunque multiplicado en su importancia por las circunstancias creadas por el sistema que merecieron la atención nacional. Algo de morbo y muchas dudas perdidas en un mar de confusión e incertidumbre.

En realidad el discurso de Peña Nieto no decepcionó y aunque muchos suponían que se pondría los guantes, la verdad es que prefirió permanecer la orilla del callejón de la violencia política tal vez pa’ no agregar más violencia a la que padecemos gracias a la guerra sin fin que a todos nos daña. Aunque sí dijo algunas verdades que de seguro obligaron a ciertos próceres panistas a levantar la ceja derecha

Está claro que la presencia del ex gober tuvo el objetivo de seducir. Y lo logró mediante la travesura de violentar el código de seguridad mezclándose con sus fans en forma despreocupada y generosa. Ni como culparlo de que “haiga sido como haiga sido”, está convertido en un producto de la mercadotecnia que ha encontrado en la política la mejor de sus inversiones.

Independiente de ello como que el acto de este jueves fue el reencuentro de la militancia priista. Esa que espera el pronto “destape” de sus precandidatos a las diputaciones federales. Esa  que no sabe de negociaciones de alto nivel ni de presiones, tampoco de “ternas” con un solo espacio en blanco. Esa que está pronta a aplaudir a los triunfadores de una contienda interna que no es la suya. Y es que las bases del PRI tienen cuentas por cobrar. Algo así como una ofensa acumulada en los dos sexenios de gobierno panista.

SUCEDE QUE

Transcurrido lo que fue, a Humberto Filizola solo le queda la posibilidad de convertirse en suplente de Lupita Flores. Pareciera que no habrá más para él y todavía está por verse, con eso de que en las suplencias está la verdadera guerra de las vanidades…y de las esperanzas.

Mientras tanto aunque en apariencia el distrito de Victoria está definido para Enrique Cárdenas del Avellano, lo cierto es que Blanca Valles Rodríguez está en el ánimo de quienes suspiran porque la igualdad de género sea una realidad en Tamaulipas. No le extrañe si en función de eso se registra inesperada sacudida este mismo fin de semana.

El escribidor está cierto que después de la visita de Peña Nieto y del posterior y último acuerdo, este viernes algunos presuntos diputados federales por el PRI  empezarán a ser avisados pa’ que arreglen sus papeles y se declaren listos a entrar en singular combate. ¡Ah!, pero sin decir nada, ni siquiera a la almohada.

En el inter todo indica que AMLOVE y Cuauhtémoc Cárdenas ya se pusieron de acuerdo. Uno podría ser presidente de México, el otro será senador de la república, al igual que la admirable y admirada Ana Guevara.

Y hasta la próxima.