Martha Isabel Alvarado
Dirección General
Fernando Flores
Sub Dirección General
3 de julio, 2012
1.- Tras el tsunami político en Tamaulipas mucha gente se pregunta, ¿qué pasó?. En este sentido no hay que hacerse bolas, simplemente la ciudadanía opinó y punto. Son muchas y variadas las razones y todas coinciden en que se trata de un llamado de atención sobre circunstancias que desde hace tiempo afectan a la comunidad. Suponer que existieron manos ocultas que derivaron en absurdos acuerdos es caer en el infantilismo. Lo único real son los números, como en el béisbol.
Lo grave es que ahora nuestro estado aparece en la geografía como el que más aportó votos a la causa panista. Más que Nuevo León, Veracruz o Guanajuato, lo cual no deja de ser triste en considerando la historia liberal, independentista y revolucionaria de la entidad.
De manera que desde el primero de julio Tamaulipas es panista con todos los agravantes que esto incluye. Y ni modo que sea invento ante la derrota tricolor que nos dejó anonadados y estupefactos, no solo por la enorme diferencia como sucedió en Nuevo Laredo, Tampico y Madero, sino porque barrió con una ventaja aproximada a los 130 mil votos en las senadurías. Es una pena, pero ni modo, “así es la democracia”, como dijo Lucino Cervantes.
En términos generales la paisanada entregó más de 580 mil votos a Josefina y para efecto de obtener seis diputaciones colocó en las urnas 504mil sufragios, mientras que para derrotar la fórmula tricolor en las senadurías recetó casi 533 mil votos. En este último caso es fácil adivinar que factor sustancial lo fue Francisco García Cabeza de Vaca, aunque ya le digo, existen otros motivos no precisamente acreditables a los próceres panistas.
Sin embargo importa lo que viene. ¿Repetirá el PAN la hazaña en las elecciones locales?. En gran medida dependerá de las providencias que tome el PRI, siempre y cuando sean tan efectivas como para convencer al electorado a votar a su favor, como la selección de candidatos adecuados y campañas que no sedan tan engañosas ni mezquinas como las observadas estos meses.
Estamos en el riesgo de que el PAN haya llegado para quedarse. Este no es asunto pequeño, por el contrario, debiera ser prioritario para quienes deciden el destino de los tamaulipecos.
Por otra parte no será ningún pecado aceptar que se cometieron errores que al fin y al cabo son de humanos.
Destaca, eso sí, la enorme participación en las urnas. Histórica diría yo, tanto que alcanzo el 58 por ciento de una lista nominal de 2 millones 380 mil 753 en el caso de las diputaciones federales, cuando estábamos acostumbrados que no fuera más allá del 45 por ciento.
2.- De manera que las elecciones locales podrían ser el reto para un PRI ahora al borde de la histeria. Tiene algo más de un año para recuperarse y no dudamos que lo logre pero está en la urgencia de reinventarse. Aceptemos que durante mucho tiempo permaneció estacionado en los usos de un partido acostumbrado a ganar, con el agregado de operar el control de sus adversarios. Ahora vale la pena hacer un recuento de experiencias que mucho contarán para el futuro inmediato.
El PRI llegará a la jornada local con la derrota a cuestas que de alguna manera condicionará su participación. Usted dirá que no es lo mismo un proceso federal que uno estatal y tiene razón, pero no deja de ser preocupante la posibilidad de que el panismo tome carta de residencia en Tamaulipas. Eso sí sería una desgracia. Pero bueno, ya habrá oportunidad de reflexionar con más tranquilidad sobre este penoso asunto, por lo pronto, como dijo el soldado a su superior: “ni los cuente mi general, ¡todos están muertos!”…o casi, todos.
SUCEDE QUE
Mientras tanto, no hay que cargarle el muertito a Lucino Cervantes. El dirigente tricolor forma parte de una estructura de la que participan numerosas personas de distintos rangos, incluso funcionarios de tiempo libre, comprometidos con la organización. Tal vez fue por las rendijas de la inexperiencia por donde se colaron ciertos errores de fatales consecuencias y seguro que también el exceso de confianza sobrevaloró los resultados. Importa no buscar responsables aunque los haya, sino enfrentar la realidad con entereza y la realidad indica que el PRI se encuentra en evidencia ante su propia militancia. Que no se oculte, estamos en tiempos de verdad y de franqueza. Es lo menos que se puede esperar de un PRI derrotado que lame las heridas en el rincón más obscuro de su abandono. De esta humillación mucho tendrá que decir Raúl César González García, quesque “el mago del futurismo”, quien pretendió ser la estrella de la función y resultó estrellado y con esto parece que se le fue la gubernatura. Hasta ha de creer.
Y hasta la próxima.