Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de julio, 2013
Ahora que se habla insistentemente del cambio en la dirigencia estatal del PRI, surgen de inmediato listas con nombres de posibles “aspirantes”. Y de todos, se dicen un montón de cualidades y motivos por los cuales pueden dirigir al priismo tamaulipeco.
Todos sabemos, que de entrada, quien ocupe esa posición partidista tan importante, deberá contar, mínimo, con la aprobación de quien manda en la política de este estado y de la dirigencia nacional. De ahí para adelante, sacar sus habilidades para demostrar que es apto.
Regularmente la decisión en el nombramiento de un presidente estatal priista, no trae consigo una aprobación unánime, pero al final, la disciplina se impone y cierran filas. Así ha pasado con todos los personajes que han dirigido al tricolor en los últimos años.
Ahora, en cuanto a resultados, la presidencia estatal que dejara seguramente Ramiro Ramos, si bien en números globales son positivos, no dejara de estar manchada por la derrota en la elección federal del 2012 en varios distritos, las senadurías y hasta en la presidencia de la república, y por el más reciente tropiezo en Matamoros y Nuevo Laredo.
Quien venga, tendrá seguramente más de un año para una restructuración, y para la aplicación de nuevas estrategias. Vendrá luego una elección federal y de inmediato una local en la que para Tamaulipas habrá mucho en juego.
Es decir, que a quien venga a dirigir al PRI de Tamaulipas, le espera un trabajo complicado. Y principalmente porque da la impresión de que en las dos últimas elecciones, se va viendo un cambio en la mentalidad de muchas personas.
Quizás sea un cambio generacional que se está dando en la sociedad tamaulipeca y va comenzando a votar una población que no ha sido adoctrinada políticamente y es más libre.
Ahí está el gran comproimiso para el priismo. Se han olvidado de las nuevas generaciones. Incluso su área juvenil interna esta desatendida. Y un partido político es como la vida misma, tiene que evolucionar y, transformarse.
Ser manejado con mentalidad renovada.
Ahí está la clave. Y el reto.