Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
8 de septiembre, 2013
Se prenden focos rojos en el magisterio de Tamaulipas.
Lo que comenzó como una minúscula protesta, está creciendo y ya se observa una seria radicalización en la postura de quienes se manifiestan.
En Reynosa, hubo un intento de agresión a un camarógrafo, en el sur bloquean la carretera Tampico-Mante, en Victoria impiden el acceso a su sindicato, y en Matamoros se hacen de palabras con automovilistas en la sexta y González.
En todos los casos, destaca también un franco rompimiento con su líder estatal, Rafael Méndez Salas, quien por cierto de inmediato se ha desmarcado, deslindándose de los “revoltosos” y de cualquier protesta “que trastoque la vida social y académica en Tamaulipas”.
La sección 30 del SNTE, desde siempre se había caracterizado por la disciplina de sus miembros, sin embargo, hoy parece que cada vez, más profesores salen de ese control, rebelándose en contra de su dirigencia.
Y esa son malas señales.
Todos hemos visto por la televisión nacional, como en Oaxaca, Guerrero y Michoacán, maestros desquician la vida cotidiana de millones. Hemos visto como paran labores, como toman las calles y como acorralan a gobiernos.
Y lo que hemos visto en las últimas semanas en la capital de la república, nos llena un más de inquietud, pues desafían abiertamente a la autoridad y han llegado a extremos insospechados, como bloquear el acceso al aeropuerto más importante de la república.
Cierto, los maestros que hoy ponen de cabeza al centro del país, pertenecen a la llamada Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación, la CNTE, grupo que en Tamaulipas prácticamente no tiene presencia, sin embargo, es evidente que la el ejemplo está cundiendo y que desde el otro sindicato, el SNTE, al que pertenece la gran mayoría de los maestros tamaulipecos, están comenzando a surgir muestras de inconformidad.
En esta entidad, los profesores se dicen engañados por su dirigencia y que la Reforma Educativa viene a perjudicarlos. Quizás sea mala información, o falta de acercamiento de sus líderes con la base trabajadora.
Lo cierto es que hoy, en Tamaulipas esas voces disconformes no deben ser ignoradas.
Urge pues un acercamiento con ellos. Escucharlos.
Porque nadie quiere que en nuestra entidad germine esa mala semilla y al final del día, seamos los ciudadanos comunes y corrientes, los que paguemos las consecuencias de esa falta de atención.
El sindicato de maestros en Tamaulipas y las autoridades locales deben tener presente que los grandes problemas pudieron haberse resuelto cuando eran pequeños problemas.