Y Rodolfo habló

Max Avila

11 de abril, 2010

Yo sostengo que la ceremonia en la que Rodolfo Torre Cantú protestó como candidato a gobernador el sábado anterior fue diferente. Digamos que no fue estrictamente partidista como otras de igual importancia, sino de compromiso con la nueva realidad que nos abruma. Por algo el eje de su discurso fue la paz ciudadana, y ya sabemos porque. En esta ocasión RTC habló de lo ineludible, de lo que ya no se puede ocultar y esto no es otra cosa que la tranquilidad para las familias que con enorme esfuerzo buscan el pan nuestro de cada día. Y es que todos estamos ciertos que las circunstancias nos alcanzaron y con ellas tenemos que batallar cual sucede en buena parte del país. Ceremonia diferente digo, presentida y aceptada por la militancia que no dejó de mostrar el apoyo al Doc, en la seguridad de que alrededor del afán primigenio danzamos los que tenemos como objetivo transcurrir por la ancha alameda de la concordia y medianía republicana, sease sin más alteración que las complicaciones propias de la sobrevivencia que para el efecto ya son muchas y variadas. Dejemos a un lado el marco alegre y bullanguero que caracteriza esta clase de eventos y vayamos a lo importante, sea a la necesidad de cerrar filas en torno del objetivo señalado y en este sentido se entiende que la campaña también tendrá que ser diferente aunque con el respaldo de siempre. Ya no será de temas producto de estados de ánimo, sino de asuntos seriamente abordados y consecuentes con las demandas mayoritarias que tampoco serán las tradicionales, porque Tamaulipas ya es otro. Por supuesto persistirá la exigencia de empleo, servicios y todo lo que a fuerza de experiencia se conoce, pero ¡ea! que el mismo desarrollo del estado agenda otras exigencias, especialmente la seguridad necesaria para seguir avanzando. De manera que mi estimado Rodolfo tiene un compromisote que ya vemos no lo elude, por el contrario, lo afronta desde su protesta ante la dirigente tricolor la que con su presencia tendrá que ser consecuente con el contenido del discurso de su candidato. Es conveniente mencionar que los próceres de otros partidos “le han sacado al parche” y prefieren “nadar de muertitos” suponiendo que el voto les caerá del cielo con solo adoptar una actitud contestataria cuando se impone definir posiciones y señalar soluciones. No hay de otra. En el caso de los panistas ya ve que pretenden lograr adeptos lucrando con la desgracia ajena. Y como “lo uno es consecuencia de lo otro”, así decía mi santa abue, aquí hay que resaltar la necesidad de que tanto partidos como dirigencias cambien para ser mejores. Ya no es posible que las respectivas militancias giren alrededor de los intereses personales o de grupo de las organizaciones que en lo general han sido la vergüenza de la democracia. El sábado pasado Rodolfo estableció lo que ha de ser una obligación para el PRI, es decir, ponerse a tono con un candidato de miras altas y convicciones profundas. El reto es muy claro, solo faltará seguirlo entre las líneas de una realidad que ya está aquí, que llegó y a la que es necesario entrarle de frente, como estamos acostumbrados los tamaulipecos. SUCEDE QUE Es una pena que el 91 aniversario luctuoso de mi general Zapata haya sido ignorado en la capital del estado, incluso por la CNC a pesar de que el dirigente nacional de dicha central andaba por estos lares. Usted dirá que se atravesó el evento del tricolor, ¡con mayor razón!, qué bonito hubiera sido que la Bety Paredes hubiera acompañado a Cruz López Aguilar a depositar una corona en el altar del prócer, digo cuando menos pa’ que se viera que hay cariño por los injodibles del campo. Mientras tanto una revista del corazón balconea a César Nava, el líder panista, mismo que abandonó a su anterior esposa María Covadonga Baños con tres hijos, pa’ matrimoniarse con Patylu a la que lleva nueve años en diferencia de edad. La boda, dicen, será en enero del 2011. Adivine quiénes serán los padrinos principales. Y hasta la próxima.