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Morelos, Raúl y Diódoro

Fernando Acuña

18 de agosto, 2011

A  raíz  de ser palomeados, como Consejeros nacionales del PRI, tres Secretarios  del gabinete estatal,  ya empiezan a mostrar cara de diputados federales  ó  de senadores: Morelos Canseco Gómez, Raúl González  García  y Diódoro  Guerra  Rodríguez.  Vale  la pena analizar  sus escenarios, su formación partidista; sus filias  y sus fobias,  de  frente  a la selección  interna  del  PRI tamaulipeco,  en lo que  constituye el tobogán  político-electoral  del 2012.

   El  primero  es, el actual  Secretario de educación  Diódoro Guerra Rodríguez, originario  de Miguel Alemán. Egresado  de la Escuela Superior  de Ingeniería. Ha sido Director  del  Instituto Politécnico Nacional  y del  CONALEP. Cuenta con  un doctorado por la Universidad Politécnica de Madrid.

      En  1998,  compitió  junto  con Marco Antonio Bernal  y  con Tomás  Yarrington Ruvalcaba por la nominación interna a la gubernatura. En determinado momento, unió fuerzas con el psicólogo matamorense, pero finalmente  se impusieron  los yarringtonistas. De  ser candidato   de elección popular  en el 2012,  Guerra Rodríguez  podría  contar con el respaldo de los votantes en  la franja de la llamada frontera chica,  y  de  los neolaredenses. Pero  su  incursión  en la política tamaulipeca, a finales de los noventas,  le abre también la puerta a una senaduría.

  El pasado 10 de julio, Diódoro  festejó con  la debida discreción,  y en la  medianía de su patrimonio, sus 60 años de edad, acompañado solamente por su familia. En lo que a su perfil  de personalidad  se refiere, DGR, puede llegar a engañar con una apariencia físicamente débil, pues en lo político  y en lo profesional  es  decidido, tenaz  e intuitivo.

   Durante muchos años, Diódoro fue visto en su estado natal, como el tamaulipeco que pretendía irrumpir en el escenario político, desde el centro. Hoy,  como titular de una dependencia  estructural en el desarrollo de la entidad,  y  con el apoyo  del gobernador,  el hijo de la frontera chica, podría cumplir su sueño de ocupar un escaño federal.

   Lo único que podría  hacerle mucho  daño a Diódoro  es  que  en determinado momento, se dejase asesorar políticamente  por Bladimir Martínez Ruiz, considerado, como el eterno perdedor de las elecciones internas en Tamaulipas. Su primer gran yerro  lo fue apostarle  al tampiqueño Antonio  Sánchez Gochicoa; seis años después  le dio el beso infernal  a Homero Díaz Rodríguez, y en el proceso más reciente,  se la jugó  con Ramón Garza Barrios.

  Fuera de ahí, todo le puede funcionar  al actual Secretario de  Educación. La única súplica es que, de animarse a retornar a la política..por favor, ingeniero,  aléjese lo más que pueda  de Bladimir. Hasta  el doctor Poncho Sierra puede ser un magnífico asesor..pero  de la misma  manera que  en los Idus  de Marzo,  al  gran Cesar  le advirtieron contra la traición de su hijo adoptivo Bruto, señor cuídese  del Blady.

  El segundo,  es el actual  Secretario General  de Gobierno, Morelos Canseco Gómez, del cual  solo sabemos que, egresó  de la Escuela  Libre  de Derecho,  la institución educativa más prestigiada del

país, en lo que al  tema  se refiere. Hasta ahora, Morelos  solamente  ha participado en el equipo técnico del priísmo, apoyando a su partido en cuestiones de tipo jurídico-electoral. Su hoja de servicios  habla de asesorías  en el senado y en las estructuras  ejecutivas del tricolor. Es diputado federal sin ejercer.

 Pero sus ambiciones son las de jugar más alto, en el team político, tal y como lo hizo su padre, en los tiempos de Enrique  Cárdenas González.

  Si Morelos  aspirase a un cargo  de  elección  popular en el actual sexenio egidista, este no podría ser otro que una  senaduría. Su  sueño que niega en público  y acaricia en privado es el de convertirse en representante de  Tamaulipas, ante la Cámara Alta.

       Frecuentemente no desaprovecha la ocasión para  recordar el trabajo senatorial de su papá. Meses atrás, al visitar el archivo histórico del estado, Canseco  tuvo acceso a una iniciativa impulsada por su progenitor, y le ganó la nostalgia.

    Otro punto es que, MCG, nunca ha olvidado que su padre se quedó en la orillita de ser gobernador. La llegada del influyente  ex secretario de la Presidencia Emilio Martínez Manaotou, acabó con ese sueño. Morelos trae esa espinita clavada, la cual cree que ha llegado el momento de sacarse.

     En un principio, algunos  observadores de la política,  aseguraban que MCG era una avanzada  de la familia Cárdenas. Hoy los miembros de este clan, están convencidos de que  el hombre trae su propio proyecto. Y  de que lo defenderá a toda costa, y contra viento y marea. El  candidato  del  aun lejano futuro para Morelos, es el propio Morelos. 

    Algunas cualidades del  actual  Secretario General  de Gobierno, son las siguientes: es un hombre  que  domina una cultura general; le gusta cultivarse mediante la asidua lectura de obras de actualidad. Es  disciplinado y perfeccionista en su trabajo. Adicto a largas y agotadoras  jornadas  en el servicio público. Profesionalmente es un abogado reconocido a nivel nacional.

  Entre sus defectos,  se puede citar  su  difícil carácter personal  que  suele rayar en lo irascible. Sus apuros para comunicarse con el común de la ciudadanía. La estructura y contenido de sus discursos, como el que recientemente emitió en la Rotonda de los Tamaulipecos Ilustres,  ante los restos de Treviño Zapata,   son de corte  rebuscado,  y se ubican  décadas atrás, en los años  sesentas.

  El  más  joven  de los  secretarios   que  ha sido perfilado, es  Raúl González García. Matamorense de origen,  más que  cualidades,  lo  beneficia la circunstancia  de haber  mantenido una  relación  de amistad fraterna con el doctor Rodolfo Torre Cantú. El  liderazgo político de Tamaulipas le está  reconociendo ese legítimo vínculo. Hoy, junto con su hermana Mónica, constituyen sin duda,  la cuota más  generosa  de poder  administrativo, dentro del gabinete.

      Hasta ahora, ante  los medios solo ha mostrado un carácter reservado. Pero se sabe que gusta de defender sus puntos de vista y de proponer soluciones. Por el momento Raúl, tal vez por prudencia,  no ha  querido asomar mucho la cabeza. En su patria chica, tiene Raúl adeptos, pero también adversarios que le  reprochan aprovecharse de su cargo en  la Secretaria del Ayuntamiento para adquirir un lujoso rancho.

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