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Un informe de condolencias

Fernando Acuña

1 de septiembre, 2011

Ayer,  primero de septiembre,  el  Presidente  Calderón  envió  por escrito al Congreso de la Unión,  un mazo de  hojas membretadas, donde cumple formalmente con su  obligación  constitucional de  informar a la nación.

      Dicho acto protocolario,  se ejerció ante 360, de los 500 diputados y 91 de los 128 senadores. El viejo zorro Emilio Chuayffet fue el que  llevó la batuta, en esa insólita cita con  la triste parodia  de la agenda republicana.

   Se abrió un compás  para la entonación  del  himno nacional mexicano. Las instituciones  desgastadas  por  la ingobernabilidad  y la ausencia  de consensos políticos,  resistieron  un capítulo más  de  la ignominia.

    La  nación  ya no soporta más rituales decadentes, donde  las aspiraciones ciudadanas a una vida digna y segura, se  encuentran en el punto histórico más lejano, de los últimos  cincuenta años. No hay avances  sociales. Las únicas cifras evidentes, son las de los  más de  40 mil muertos, muchos de ellos víctimas inocentes, llamados cínicamente, daños colaterales.

  Más  allá  del protagonismo de Fernández Noroña  y  de la ambigüedad, en cuanto a si Calderon debe o no asistir  físicamente al Congreso en este caso específico, lo cierto es que ayer el Presidente de la república, no  tenía nada que informar  al país.

  Lo único que podía hacer, obligado  por su  formación  católica, era  pedir perdón  a las familias afectadas  por  su sangrienta  campaña,  en el escenario de la violencia organizada.

   Lo que los  ciudadanos  le demandan  más  reiteradamente  a  FCH  son soluciones al problema de la inseguridad. Y  la oferta  de mayor número de empleos. 

  Sin embargo, más  allá del glamour,  el de Calderón, el día de ayer, fue un Informe de condolencias.

  ----------------- NUNCA  EXISTIÓ NERUDA----------------

  Cuando  Ricardo Eliecer Neftali, tenía 14 años, su padre  lo vigilaba. Buscaba desviarlo a toda costa  del camino literario. Para burlar el acoso paterno  y publicar sus primeros  trabajos, el que después  sería la voz más elevada de la poesía  en Chile  y  uno de los más laureados del mundo, se  encontró  en una revista,  el nombre de un escritor checoslovaco  de nombre Jan Neruda. Así, como  un  ingenuo invento adolescente nació  a las letras universales Pablo Neruda.

  Del  Neruda original, solo sabemos  que, era  un hombre barbado y regordete,  que escribió  algunos cuentos  y novelas. Guarda cierto parecido con  el economista  y filósofo alemán, Carlos Marx, el autor del materialismo dialéctico, que después serviría  de inspiración revolucionaria,  a Vladimir Ilich Lenin,  en  la Rusia zarista.

  Este curioso detalle,  lo  rescaté  de  un pequeño libro de pastas verdes,  que contiene  las memorias del poeta chileno, con el título, “Confieso que he Vivido”. En esta deliciosa obra, su autor  nos narra, como que si reviviese en cada página aquellas tertulias intelectuales de mediados  del  siglo XX, sus intensas vivencias en tierra mexicana.

      Una de estas anécdotas se ubica un fin de semana en  el paseo de Xiochimilco, con  Neruda  y un grupo de poetas mexicanos a bordo de una trajinera. Todos  los bardos nacionales  llevaban  tremendos pistolones. Y  ya entrados en tragos de tequila, uno de ellos sacó el arma y le pidió a Neruda que la disparara al aire. Otro colega  también le pidió lo mismo al ilustre visitante. Y en segundos,  las armas, dice,  cruzaban ante su rostro, con el mismo  ruego: ser accionadas para una detonación.

----Lo único que se me ocurrió, dice el poeta, fue recogerlas todas  y depositarlas en un gran sombrero de charro. Se las decomisó por  unos días, llevándoselas a su casa.

  Otro relato,  ubicado  en México,  en la  década de los cuarentas,  es aquel que describe con detalles como Neruda  conseguía que un jefe policiaco amigo suyo, liberara momentáneamente  al pintor  David  Alfaro Siqueiros de su encarcelamiento. Y  los  tres  se iban a tomar tragos, en algunas cantinas discretas, donde nadie los conocía. Por la noche, Siqueiros volvía  a su celda.

   El  15  de Julio  de 1945, Pablo Neruda  ingresó al Partido Comunista Chileno, después de recorrer las regiones más empobrecidas de su patria. Y de compartir aquellas pobrísimas casuchas del desierto chileno.

-----------LA DERMATOLOGA LULU, CURA GRATUITAMENTE A LA POBLACIÓN----

  En  un gesto humanista que es congruente con  la circunstancia de  ser galardonada con la medalla “Luis  García  de Arellano”,  la doctora María de Lourdes Altamirano  García,  ha emprendido una  noble cruzada de curaciones en los municipios tamaulipecos. Inició en Güemez  y  pretende continuar  en  otras poblaciones,  todo ello  sin  cobrar  sus consultas a las personas que requieran  de sus servicios.

--------ANDA  MUY FUERTE  LA GRILLA EN REDES SOCIALES PARA QUE NO ASISTAN A  LA NOCHE DEL 15---

   Es cuestión   de asomarse un poquito  al twiter  o  a algunas páginas relacionadas con  información sobre el tema de seguridad, para darnos cuenta de la indignación ciudadana que impera , contra los poderes  institucionales establecidos.

  En muchos de estos espacios cibernéticos,  está creciendo como una bola de nieve, la invitación  a que,  las  familias  dejen de asistir  a la celebración  del quince  de septiembre, en todo el país.

    Este tipo de dinámica se está  retroalimentando a su vez, de los comentarios en la calle. La mayoría de las opiniones, vertidas  por personas  de  los más diversos estratos económicos y sociales,  es en el sentido de que, no vale la pena asistir a las fiestas patrias, cuando los gobiernos  no garantizan  seguridad.  Y siguen apareciendo  casos como el hermano  “vende quesos”  del alcalde panista de Monterrey Fernando  Larrazabal.

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