Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de noviembre, 2011
Del 2006 al 2011.Un lustro de por medio, en Los Pinos se inició el baile de las imágenes. La primera de ellas, muestra al Presidente Calderón corbata azul, flanqueado por sus ministros de Marina y Defensa. Pasaban revista a la maquinaria de la guerra. Arriba, en el presídium, un Juan Camilo, de figura estilizada, miraba sonriente hacia un punto indefinido del horizonte.
Atado a las leyes del eterno retorno, aquel sexenio no crecería como una torre hacia el infinito. Los pasos y los destinos de sus integrantes se fundirían entre sí, como una serpiente mordiéndose la cola. El tiempo circular, condenado a una danza de poder, muertes insólitas, espesuras de verdad, y un jardín de sepulcros.
Nietszchiano por excelencia, Calderón no se planteo desde un principio, la humildad como virtud, sino la fuerza y la arrogancia como herramienta. Antes que amar al prójimo, el Presidente se amó a asimismo, desde una estrategia militarista, que refutaba cualquier asomo de debilidad. Fue así como nació el super hombre del uniforme verde olivo, destinado a cortar de tajo, el supuesto crepúsculo de un Estado marchito, en el combate a la inseguridad.
Hoy, después del fatídico percance sufrido por el Secretario de Gobernación Francisco Blake, se reedita el misterio del 2008 con Mouriño. Y la versión del Presidente con su verdad oficial de un nuevo accidente, a fuerza de repetirse, empieza a despedir olores de sospechosa mentira.
La lógica no encuentra salidas coherentes. ¿Cómo es posible que en dos tercios de sexenio, se sucedan dos desplomes de aeronaves, asignadas a un ministerio federal, que es precisamente el encargado de la seguridad interior de la república..?
¿Se puede concebir que los hombres del Estado mexicano, sean tan vulnerables a los elementos del azar..? Albert Einstein decía que dios no juega a los dados. En mi posición personal, yo creo en dios, pero me niego a endosarle la culpa y antes que eso, siento que algo turbio existe, de lo cual el gobierno se niega a informarnos.
El mexicano de las calles, el ciudadano anónimo no cree en las coincidencias de esta naturaleza. Es cuestión de que una encuestadora realice un sondeo sobre el tema, para que nos demos cuenta que la sociedad no está satisfecha con las hipótesis, que luego serán convertidas en verdad oficial: la gente no se tragará lo del mal tiempo, ni tampoco aquello de que, el helicóptero traía fallas.
Por cierto, ya centrados en la figura del llamado súper puma, (nombre rimbombante, propio de su jerarquía en el equipamiento de la seguridad) se supo que, en éste mismo se trasladaría más tarde el propio Presidente. El estatus que se le confería al aparato, era del más alto nivel. En consecuencia, es una reverenda tontería pensar siquiera en que se soslayaron fallas mecánicas, ó bien, errores de su tripulación.
La exposición del Secretario de Comunicaciones, Dionisio Pérez Jácome, me hizo recordar aquel juego de atari, mostrado por Jorge Carpizo para explicar la muerte del Cárdenal Posadas Ocampo.
Según la teoría dionisiaca, el helicóptero que trasladaba a Blake y a siete personas más, se desvió de su ruta. Todo ello, motivado por el mal tiempo. Sin embargo, su conductor era un hombre experto, miembro de la Fuerza Aérea Mexicana. Junto con él, viajaba también, un militar especialista en el funcionamiento de la aeronave. Los tripulantes conocían perfectamente el espacio aéreo que volaban. Bajo el vientre de aquella fiera del aire, no estaba Europa, sino la cotidiana geografía del altiplano.
Lo cierto es que, en un lapso de seis años, han muerto en accidentes aéreos, tres Secretarios relacionados con la seguridad y la política interior de la nación. El 21 de septiembre del 2005, Ramón Martín Huerta, pereció tras derrumbarse su helicóptero. El cuatro de noviembre del 2008, ocurre la tragedia de Mouriño. Y ahora, Francisco Blake Mora.
¿Qué podemos pensar..? ¿la suerte del actual sexenio federal, está en manos de algún maléfico hechicero..? O bien, desde el gobierno se empeñan en ocultar la verdad de los hechos..? ¿Es decir, que dichos accidentes fueron provocados?
Lo cierto es que, en las actuales olimpiadas de las tragedias, el PRI lleva un Secretario General de su partido, un candidato a la presidencia, un candidato a gobernador y un cardenal. Mientras que el PAN ostenta el liderazgo con dos secretarios de gobernación, uno de seguridad, 32 alcaldes, y en suma 174 funcionarios y políticos. Esos sin contar….los “accidentados”.
-----OSCAR PÉREZ, REGRESA A LA CÁRCEL------------
El alcalde porteño ahora es acusado de un nuevo delito. Se ignora si obtendrá su libertad bajo fianza. Me parece que la idea es que devuelva todo lo que presumiblemente se robó. ¿A cuánto ascenderá la nueva cifra..? Mientras tanto, algunos ex alcaldes como Garza Barrios, ya escuchan pasos en la azotea. El Contador Salmán, sigue escribiendo versos de infernal prosa fiscalizadora. ¿No será pariente de aquel Salman Rushdie y sus polémicos versos satánicos..? El Salmán tamaulipeco, es tranquilón, de rostro dulcificado. Pero su pluma contable, es más peligrosa que la sangrienta espada de Atila. Si Oscar Pérez Iguanzo, sigue pagando y regresando a la cárcel, en diciembre alcanzará almanaque, en el CERESO, como un acreditado cliente.
Mañana, (dm) les platico, lo de la feria.