Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
1 de diciembre, 2011
Recientemente comía con el titular de un organismo educativo en Tamaulipas. Pedimos vino tinto.
Las copas vestidas a la mitad por el color púrpura; macerados los mostos en el justo equilibrio de una guarda exquisita, entregada a la madurez de sus texturas y sus aromas. Más allá del ángelus, sobre el mantel de un meridiano sin prisa, la charla iba de un tema a otro. No había recuerdos de amistad, pero tampoco divergencias. Solo matices de coyunturas existenciales. Convivíamos.
----¿Y cómo te ha ido ahora, en tu regreso…?
----Estamos bien, convoqué a algunos colaboradores para hacer un libro de matemáticas. El plan es facilitarles a los muchachos el aprendizaje. Su piel oscura. Los ojos sexagenarios agazapados, sobre huellas de desvelo, de astucia y de pragmatismo. El pelo blanco y unas cejas arqueadas como águilas planeando sobre sus presas.
----¡Salud..! Nuestro personaje conocía el terreno. Se había forjado en un crisol de grillas y nombramientos. Raspado, pero arriba del caballo, en un sistema de entramados, de reglas invisibles. Su vida no era diferente al resto del cosmos burocrático, regido por las leyes del tiempo y de las lealtades sometidas a la implacable evaluación de sus camarillas.
---¿Y cómo encontraste las cosas..? Dio un sorbo lento al cabernet chileno. Cortó en trocitos la empanada y me miró sonriente, con la obviedad del gesto predecible, dispuesto a contestar detalladamente una pregunta que ya esperaba:
----- Pues mira, la verdad es que encontré mucha gente que cobraba sin trabajar. Para empezar, mi antecesor tenía a su servicio a nueve muchachitas que le servían como edecanes. ¡Se les dio de baja!
-----¿Nueve..? Tres ó cuatro me parecería normal..pero nueve me huele a un harem.
----Eso no lo podría aseverar. Pero, ciertamente, todas ellas guapas.
A esa hora, ciudad se recostaba en su siesta de arterias parsimoniosas. Los negocios de la calle Carrera, lucían todavía cerrados, atados a los ritmos del poder gubernamental y su burocracia. Solo las gasolineras atendían clientes esporádicos. Los bancos casi llegaban al filo de su jornada. Ya no profundizamos más en el tema. La charla se fue agotando, en una desembocadura de frases periféricas.
El mesero regresó, con la charolita de la cuenta. A su regreso trajo dos natillas chiclosas. Nos despedimos de aquel agradable encuentro. El funcionario volvía a su plantel, para seguir ejerciendo el pequeño gobierno de la enseñanza; el periodista lo hacía también hacia su trinchera de libros y de datos: la faena cotidiana de una redacción conectada a una y mil terminales de la sociedad y el poder en tránsito.
La magia de llegar frente al teclado e iniciar la construcción del texto, respetando el bosquejo del testimonio y su arquitectura. No había olvidado la idea central de aquel encuentro. Por eso, las primeras que saltaron sonrientes hacia la hoja en blanco, fueron aquellas graciosas chiquitinas, anidadas en la nómina, emparentada con la tradición oriental de los sultanatos.
Aunque, en occidente, más de una vez recubierta bajo el manto auxiliar de las edecanes. Medio en serio, medio en broma, no pude evitar compartir, mi especulación con los lectores:
----¿Y para quien era el harem..?
--ACUDEN LUCINO Y GONZALES SALUM, A UNGIMIENTO DE ALEJANDRA LÓPEZ-
Eran las cinco de la tarde en punto. La fiesta partidista se asomaba por el portón de la calle Doblado. Las mujeres del ONMPRI, entronizarían esa tarde a la nueva dirigente del organismo, en esta capital, Magnolia Alejandra López Sevilla.
Desde temprana hora habían estado llegando las militantes de todas las edades. Mujeres jóvenes, ó señoras de tres o de cuatro décadas. Un ayudante programaba canciones y cuatro chavas de camisetas verdes hacían sonar rítmicamente sus tambores.
Para muchos de los ahí presentes, fue una agradable sorpresa, ver el arribo del jefe político victorense Miguel González Salum, del Presidente Lucino Cervantes y de la dirigente del ONMPRI en el estado Blanca Anzaldúa Nájera. Los acompañaba el joven José Ángel Cárdenas Castillejos, líder del partido en el municipio. Es decir, toda la plana mayor, para respaldar con su presencia aquel cambio de estafeta. En su arribo al ONMPRI, la Directora de la Prepa, “Torres Bodet” y catedrática de la UAT, estuvo bien arropada.
Bastaba con ver aquel evento, para constatar que el PRI tamaulipeco no se echa a dormir. Y que trabaja en todos los frentes de su organización para consolidar la estructura que habrá de ser la maquinaria de guerra, en el frente político-electoral del 2012.
Pareciera que el jefe Lucino tiene el don de la ubicuidad, pues está presente en todos los actos de su partido. El miércoles por la tarde, el primer sorprendido con su presencia, fue el maestro de ceremonias, quien al anunciar a las personalidades del presídium, le dio la bienvenida a una supuesta representante del jerarca estatal.