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Peña el actor; el guionista Egidio

Fernando Acuña

2 de febrero, 2012

A las  11:52 , Peña Nieto aparece y desaparece en la megapantalla, sometido al  rigor del oleaje humano. Todos lo quieren tocar. Una y mil veces se detiene para las fotos de celular. Estira el cuello, pero lo rebasa el espesor  de la muchedumbre . Su esposa, Angélica Rivera lo sigue. No es una telenovela; ambos  son figuras centrales  del guion diseñado  por el liderazgo tamaulipeco.

       A las 11:54, el hombre  encuentra un banquito provisional en su camino , se trepa, y desde ahí avista sonriente como Napoleón  a sus ejércitos. Trae camisa rosa con tenues líneas azules y pantalón café. Ya está al pie del templete, saca el pañuelo para limpiarse el sudor incesante. El churro ha salido ileso. Diez mil miradas lo ven subir al templete donde lo espera la sonrisa de  Lupita, el sombrero de Cavazos y el rostro experimentado de Lucino: el  PRI  de Egidio.

     La mecánica  de la cultura priísta se echó a andar,  desde temprano. Pero esta vez, los cánones sufrieron ciertas modificaciones: los arroyuelos  de campiranos  y  los brotes  movilizadores  del populacho,  se  vieron  cautelosos  y taciturnos  a la hora  de  arribar  al Poliforum. No había matracas. Ausentes los gritos, y las proclamas. Era obvia la mudanza de las formas: se  imponía un nuevo estilo sexenal, en el teje y maneje  del clientelismo político.

      Guardado en el baúl  de los  recuerdos, el folklor solo tuvo leves destellos: la raza de San Fernando, comandada por Tomás Gloria llegó a la explanada,  mostrando  letras  bordadas en lentejuelas rojas, con un corazón que  proclamaba: “yo amo a San Fer”. Un trío huasteco de chavas rezagadonas,  ensayaban algunos  ritmos  de  huapango. Más allá, el mismo paraje de vendedores ocasionales.

  Al arribar al evento,  me encontré en el camino a un  señor que venía  de San Carlos:

----¿Cómo le hizo para conseguir el gafete..?, me dijo.

----Es que somos de prensa.

-----Ah,  bueno,  es que  a nosotros no nos dieron. A nosotros nos invitaron, pero cada quien se vino por su lado. Así es este asunto ahora.

     Los arcos detectores de metales, esperaban a la entrada, como emblemas inmutables de los nuevos tiempos. Los grupos  de los municipios entraban en hilera, y los  iban revisando. Me tocó  ver a un contingente  de priístas de la tercera edad: hombres y mujeres de los rincones rurales del Tamaulipas que se niega a migrar, y se aferra  a sus  lugares de origen. En sus modestas bolsas, guardaban  un pequeño refrigerio que alguien les había dado. 

----Pásenle, pásenle, nomás no metan botellas  con agua.

  Peña  Nieto  no llegó  por donde muchos  lo esperaban. Los  organizadores de la logística  y seguridad, lo metieron al Poliforum  por  las puertas  de emergencia, los accesos que se encuentran  a los costados del  recinto.  La  casi totalidad  de la gente  ya inundaba el inmueble desde  las 10 de la mañana, en que prácticamente  se saturó  el  estacionamiento. Eran cientos de coches, que dibujaban  con nitidez, el poderío  de la estructura priísta. El  PRI  de  Egidio Torre Cantú mostraba el músculo.  Su imponente capacidad  de movilización  y convocatoria, eran  ya desde el inicio, clara advertencia  de que  el  PAN  y el  PRD   sufrirán   a la hora de la confrontación en las urnas. 

  El primer orador  fue, el Presidente del PRI Lucino Cervantes: una  intervención   fiel a  su personalidad  de pausas, pero  también de advertencias y de fuerza. Fue un discurso  que  reconoció  a Peña, pero al mismo tiempo  puso las cartas sobre la mesa. Subrayo la unidad. He  aquí algunos de sus planteamientos, de los cuales  cada lector podrá extraer  lecturas interesantes:

-----Para fortalecer a nuestro partido y triunfar, vamos a promover la autocrítica, con responsabilidad; a corregir nuestras desviaciones, evitando la simulación .

 ----Con unidad todo; sin unidad nada.

---Si nuestra meta como partido, es recuperar el poder, mucho hay que trabajar todavía en éste sentido. Afortunadamente tenemos en Tamaulipas a un gobernador, orgullosamente priísta. Amigo Peña Nieto, para usted nuestro reconocimiento y respeto.

 A su vez Peña Nieto, destacó la participación de los priístas tamaulipecos, sobre todo, “ las bellas mujeres de esta tierra”. Recordó  a Rodolfo Torre Cantú, y  pidió  a la concurrencia que le tributara un aplauso: tanto  en el discurso de Peña Nieto, como en el de la Secretaria General del PRI, Cristina Díaz, la mención del nombre de Rodolfo, generó  un prolongado aplauso entre los miles de priístas, reflejo del cariño  y la nobleza que, éste supo  sembrar entre las bases de su partido. Parecía como que si el espíritu de Rodolfo estuviese ahí, arengando a su gente que siempre quiso. Sus dos menciones, en la gira peñista, generaron momentos emotivos. La gente no lo olvida.

  Dijo que  después  de 12 años de alternancia panista, el balance no es nada positivo. Denunció que hay graves rezagos en pobreza  y desempleo, en un México violento que se hunde en la desesperanza  y la intranquilidad.

----El combate a la inseguridad no es exclusivo del PAN, por eso el PRI asume  desde ahora la tarea de lograr una mayor eficacia  y darle a las familias mexicanas,  la paz, la seguridad  y tranquilidad que requieren.

----No  ha iniciado la campaña, pero  ya han iniciado los ataques de los contrarios, aquellos a los que solo les ocupa, descalificar al PRI y a sus abanderados. Pero los priístas  no caeremos en esa provocación; nosotros tenemos un compromiso con México.

-----El  PRI  está hoy más que nunca comprometido con el estado de derecho. Pero no se puede aplicar la ley, violando la ley. No generemos distorsiones con fines electorales. Queremos plena protección y garantía a nuestro régimen democrático.

----Vamos a trabajar, y  ya en campaña le diré como hacerlo.Quiero pedirles  que me sientan suyo y que me asuman como un tamaulipeco. Háganme suyo,  siéntanme de aquí. Quiero cumplirle a Tamaulipas  y a México.

 

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