Efectos colaterales

Martín SIFUENTES

3 de diciembre, 2013

Tarde o temprano el “caso Yarrington” le pegará al PRI tamaulipeco.

 

Lo interesante será saber si será de inmediato o a largo plazo. Si en el 2015,  o más peligrosamente, en el 2016.

 

Por lo pronto, la sacudida que se le da a ese tema desde los Estados Unidos, tiene sus efectos colaterales en nuestra entidad, en donde más de tres del grupo “tomasista” se sentían ya con la posibilidad de resurgir en la política. Y ahora, naturalmente, tendrán que volver a replegarse.

 

Ciertamente, a lo largo del estado tamaulipeco comenzaban a hacerse visibles personajes ligados al ex gobernador hoy caído en desgracia. Y deslizaban la  especie acerca de su regreso a la grilla.

 

Hoy se acaban de dar cuenta que eso no será posible en el corto o mediano plazo.

 

La camiseta de priista, Yarrington, aunque muy sucia y deslavada, la sigue llevando. Y quiérase o no, la sociedad mexicana, y aún más la tamaulipeca, lo sabe y lo  relaciona. Ello, le pega a su partido, ni duda cabe.

 

Y todo va a depender del desarrollo del caso, para conocer los reales alcances de golpe que también le toca al PRI en todo esto.

 

También  dependerá del tiempo que le lleve a los Estados Unidos tener en sus manos al matamorense.

 

Habrá quien le apueste a que el asunto se enfríe nuevamente. Pero que este escándalo será usado para pegarle al PRI, al gobierno federal y  al gobierno estatal, ni duda cabe.