Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
6 de julio, 2010
El PRI grita sus triunfos en Tamaulipas. Desde cualquier punto de vista, los resultados del tricolor en esta entidad son envidiables, al obtener sendas victorias, en la lucha por la gubernatura, en la totalidad de las diputaciones y en hasta el momento 35 de de 43 alcaldías. Evidencia irrefutable de que el priismo el tiene tomada la medida al PAN desde hace ya mucho tiempo en este estado. El blanquiazul en Tamaulipas no reacciona y sigue cayendo en los mismos históricos errores de siempre. Les falta presencia, penetración, liderazgos y sobre todo, buenos candidatos. Pero no deben olvidar los priistas que la bandera de su victoria, estará manchada de sangre. Que una semana antes de la contienda, su máximo candidato fue ultimado. Y que en la efervescencia del triunfo, no se deben permitir dejar a un lado el agravio. A la hora de levantar la mano de ganadores, el gesto debe ir acompañado de una exigencia de justicia. Ciertamente, el PRI pierde varios municipios. Principalmente dos importantes: Tampico y Rio Bravo, y en el caso del puerto, el análisis debe ir más allá de un simple reconocimiento de la derrota. Y es que, deben tener presentes quienes manejan al PRI, lo que significa Tampico, no tan solo en número de votantes, sino en imagen en el contexto nacional. También, que no deben desestimar a las figuras locales. La maestra Magdalena Peraza pidió en su momento la candidatura y le fue negada, siendo ella, sin lugar a dudas, una personalidad con más presencia que Miguel Manzur. Y en el pecado llevaron la penitencia. Y no es cosa menor para el priismo tamaulipeco, que se escuche en el D.F. o en el Estado de México, que “Tampico es gobernado por el PAN”. Tomen en cuenta que el puerto del sur, es la zona más famosa y reconocida del estado en el resto de la republica. Y el caso del voto cruzado que se dio en Tampico, es otro claro ejemplo de la equivocación en la elección del candidato a alcalde. La misma militancia le dio la espalda, ya que la votación a los candidatos a diputados así lo demuestra El caso Tampico muestra al PRI, que no basta con una estructura afinada y trabajada. Que mucho tiene que ver el candidato. Y en Rio Bravo. En esa comunidad fronteriza, las condiciones de la derrota priista fueron otras. Pero básicamente se debieron a que se enfrentaron a un rival miembro de una familia que es prácticamente un símbolo riobravense, la Guajardo Anzaldua. Y subestimaron al rival. Hubo exceso de confianza, a pesar de que los antecedentes en esa ciudad marcan siempre focos rojos para el priismo. Pero ojo, en Rio Bravo el PRI no perdió la diputación local. Igual que en Tampico. Misma equivocación. Y lo que pasó en municipios muy pequeños, como Nuevo y Antiguo Morelos, Aldama; Padilla y Xico, debe ser visto como simples descuidos y excesos de confianza. O la pérdida que ya estaba presupuestada. El PRi pasó el examen. Aunque reprobó la materia llamada Tampico. El PAN tamaulipeco, siguió en las mismas. Deben de aprender de lo que se hizo en otras entidades.