Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
8 de agosto, 2011
Fantasía, drama, comedia. Todo ese se percibe en el patio central de palacio, y en el rostro de Ramón Ochoa, cuando habla de los recortes al rubro de seguridad en los municipios. No veo por ninguna parte, a Johnny Depp ni a Winona Ryder. Pero la brutal realidad del calderonismo y la trasquilada al erario de Tamaulipas, no dejan lugar a dudas: Ernesto Cordero, busca asfixiarnos por la vía del dinero público.
Sus manos trasquilan cifras y convierten los programas del desarrollo estatal, en criaturas contrahechas. Aquel Joven Manos de Tijera, de la cinta producida en Hollywood, en 1990 diseñaba obras de arte. El desdichado “delfín” de Hacienda, desgarra el futuro y la estabilidad de pueblos como el nuestro.
La macabra idea, se convierte en un hecho absurdo y escalofriante: el Presidente Calderón está operando para debilitar al máximo a las entidades gobernadas por priístas. Es así como el final del 2011, se antoja, como candidato para documentar la peor de las pesadillas. No hay lana: es el lúgubre mensaje de Los Pinos.
Desde el centro del país, la administración federal está capando partidas y asignaciones constitucionales al presupuesto. Al paso que vamos, las estimaciones financieras destinadas a Tamaulipas, lucirán como un lastimoso eunuco. Es el dinero castrado de Los Pinos, un recurso despojado de la fuerza y de la virilidad republicana, que se requiere para hacer frente a los angustiosos problemas sociales que padecemos.
En la tradición de los sultanatos, los hombres mutilados de sus genitales, eran los encargados de cuidar el harem. No había riesgo de infidelidad.
El presupuesto que Ernesto Cordero nos envía, por ordenes de Calderón, es un dinero público disminuido y sin el vigor necesario como para atacar nuestros problemas de atraso.
Estamos presos entre la inseguridad y fondos federales castrados. Mientras eso ocurre, los Delegados Federales sí traen con que..so las gordas.
Ayer, en la oquedad solar de palacio, bajo un cielo de plástico, los reporteros de la fuente, se movían como un hormiguero de agosto, en la búsqueda de respuestas.
La única verdad es que el Presidente de la república, está golpeando a nuestro estado, con sus salvajes recortes al presupuesto.
El colofón de esta tragedia en materia de fondos públicos, provenientes del gabinete federal, no es otra que, de índole político-electoral.
Así doblegó Hernán Cortés a los mexicas, cortándoles los canales abastecedores del agua dulce. De esa misma manera, la caballería azul quiere vencer el orgullo de Tamaulipas.
¿Lo lograrán..?
--------UNA BREVE CHARLA CON AGUSTÍN BASAVE BENITEZ-------------
Ayer por la mañana, recibí una llamada telefónica del doctor Agustín Basave Benitez. Era para saludarme y externarme sus coincidencias con mi reciente columna, donde abordo de manera sucinta su postura política, a favor de Marcelo Ebrad. El fondo de sus planteamientos apuntan hacia la lucha específica de la izquierda, en pos de la Presidencia de la república.
La grata llamada, me sorprendió al volante. Hubiese querido sacarle más jugo a una charla que tenía al otro lado de la línea a un escritor y politólogo: ex embajador en Irlanda, ex Presidente nacional de la Fundación Colosio, y en síntesis a un intelectual mexicano, que agrega a sus vastos conocimientos académicos, la suculenta virtud de escribir como dios manda. En Basave, el conocimiento científico, navega por la prosa, con una elegancia no exenta de reflexión filosófica y cierto matiz poético.
Me encantó la frase con la cual inicia su artículo: “AMLO, Ebrard y el Chip de la Izquierda”: La Derecha brota de un cálculo, y la izquierda de una indignación; una persigue intereses y destila racionalidad, la otra defiende principios y despierta pasiones.
Entiendo a Basave, cuando habla de modificar la estrategia de la Izquierda, que desde 1988, ha buscado llegar por la vía legítima al poder, poco después de ser incluida en el sistema de partidos, y rescatada por derecho propio, de las calles clandestinas de la patria.
La izquierda de Campa, de Vallejo y de Heberto, incluso la de los ismos guerrilleros de los setenta, no tiene porque chocar con la amplia e incluyente que ahora se propone llegar al poder. Una y otra, deben abrazarse en un solo proyecto.
En esta izquierda AMLO-ebradorista, caben los cantos jóvenes de Tlatelolco; los sueños campesinos de Aguas Blancas, pero también los anhelos pacifistas de una nación joven, crítica y urgida de una democracia estructural. El híbrido del silencio razonado y el alarido de las pasiones, debe fusionarse en un solo puño de mil falanges comprometidas con la madurez individual y la determinación de las urnas.
En el 2006, me queda claro que el error de AMLO fue, leerle por anticipado, su brutal sentencia al orden establecido.
Más que una proclama de oratoria arropada por las masas ardientes del zócalo, fue un rugido lanzado desde el centro de la república. La gran burguesía se asustó mucho. AMLO estaba muy lejos de ser el Zapatero español. Su discurso incendiario, olía a magonismo despeñado como un sol despidiendo luz.
Es cierto que la voz del pueblo, es la voz de dios. Pero hace falta una nueva biblia de la izquierda, cuya visión hable de reconciliación y no de choque.
Por ese camino alterno, que sintetiza toda una historia, en la construcción de un proyecto viable de nación, la izquierda puede llegar.