Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
20 de diciembre, 2011
En las navidades de 1969 y 1970, las noches rurales de la huasteca llerense se iluminaban con el barullo de los cines ambulantes. Eran compañías itinerantes integradas en su mayoría por mujeres de vestido largo y mirada misteriosa.
Se instalaban en los campos de beis bol, con sus destartalados camiones y sus carpas desaliñadas. Colocaban una bocina negra en la punta de los horcones e inundaban el caserío con sus canciones rancheras. Bandadas de chiquillos salían corriendo, con un grito de temporada que ya todos conocíamos
:---Ya llegaron los húngaros. Eran los cines trashumantes de aquellos tiempos, que generalmente voceaban su cartelera, en un camionetita de tercer uso, donde anunciaban películas en blanco y negro de Luis Aguilar, proyectadas sobre una sábana blanca, media desgarrada. Por uno o dos pesos, uno podía ver al Látigo Negro galopar con su capa al viento, sobre los parajes de Tepoztlán, rescatando a Rosita Arenas.
Pero, el detalle era que aquellos extraños empresarios no eran del país. Ahora sabemos que eran parte de las etnias gitanas, diseminadas por el mundo, y objeto de represión y rechazo en los países de Europa, y particularmente en Hungría.
En aquellos años, y me parece que hoy todavía, en estas latitudes, los grupos gitanos, son tomados también como húngaros, aunque la realidad es que en éste país se les discrimina.
Por coincidencia, ó porque, el espíritu del cine, tiene también algo de trotamundos, el caso es que, algunos de los principales fundadores de Hollywood, fueron húngaros. Todo esto parece tener una explicación en que, durante los albores del cine en Norteamérica, los inmigrantes que acudían a ver las funciones, eran masas empobrecidas que no hablaban el inglés, sino que provenían de naciones como Rusia, Hungria y Polonia. Posteriormente algunas de estas gentes, se convertirían en los principales empresarios cinematográficos que borrarían del mapa a inventores como Tomás Alba Edisón y sus socios.
Adolph Zukor, de origen húngaro creo la Paramont; William Fox también de Hungría fundó lo que hoy es la poderosa Century Fox; el polaco Samuel Goldwyn contribuyó a la fundación de la Metro Goldwyn Mayer. El pueblito de Hollywood fue fundado en 1857, justo el año en que, la historia de México registra el nacimiento de su Constitución liberal juarista.
¿Héroe o villano era don Benito..? El nombre de la meca del cine global, surgió, según los archivos virtuales, por obra y gracia de una señora que así lo bautizó, simplemente porque lo copió de la identidad que tenía un paraje, propiedad de algunos amigos. En la actualidad, se sabe que, los grandes estudios de cine que originalmente se asentaron ahí, vendieron los terrenos y se cambiaron fuera del pueblo. Por lo tanto, en sentido estricto, la ubicación topográfica de Hollywood, es solamente una marca. Ubicados ya en la butaca de esta luminosa historia, ahora sí, pasemos a criticar la basura que, año con año, nos envían las trasnacionales del cine, ubicadas en Los Ángeles.
La verdad es que, a estas gentes se les secó el cerebro, pues cada vez más sacan films que compiten en lo trillado y aun más, en lo ridículo. Por ejemplo, échele usted una miradita a las carteleras que, actualmente están ofertando en Cinépolis, la llamada capital del cine. La de Jack y Jill, está para el arrastre. Nunca me había topado con una actuación de Adam Sandler tan desastrosa. Y para acabarla de amolar, deja muy mal parado a nuestro comediante Eugenio Derbez.
Hágame usted el caro favor, como es posible que pongan al “Lonje Moco”, haciendo humorismo anglo, de plano ni se ríen los gringos, ni nos reímos nosotros los mexicanos. Y luego, la interpretación del oriundo de Brooklyn con el doble papel de su hermana gemela. Guácala. Es tan feo el fracaso, que en la sala de esta capital, ya tiene más de quince días, (seguramente para desquitar lo que les costó traerla) y por cada función, no se compran más de 20 boletos.
El Gato con Botas, rescatada del escudero de Shrek, simplemente no cumplió con las expectativas. Ya sacado del contexto del ogro y el burrito, el minino español, de plano se pierde en una historia, por demás trillada y aburridona. No hay elementos novedosos, y hasta el huevo parlante que incluyen, se ve que fue plagiado de la Película de Huevos ya conocida por todos. Todo gira en torno a los famosos frijoles mágicos, que proviene del famoso cuento inglés, “Las Habichuelas Mágicas”.
Los de Disney la usaron en su tiempo para recrear a su estrella Micky Mouse. Y hoy nos lo quieren hacer tragar, en esta temporada decembrina, con todo y su cocota y sus palomitas. Está bien, se trata de divertirnos, pero ofrezcan ya de perdido, algo más de verse.Tal vez la temporada decembrina hollywoodense pueda salvarse con la ficción de Apolo 18, la cinta que plantea una nueva respuesta a la misteriosa desaparición del recordado viaje interespacial lanzado a la luna en 1972. Un falso documental que pretende develar el misterio, con la revelación de que, los astronautas norteaméricanos, se encontraron en realidad, con extraterrestres.
La temática, es también demasiado recurrente. Y podríamos compararla con la designación de candidatos del PRI, para diputados federales y senadores. ¿Qué seres extraños encontraremos en las listas palomeadas del Revolucionario Institucional, en los días de enero..? ¿Serán realmente priístas ó alienígenas..? Se vale reír.