Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
23 de diciembre, 2011
En esta navidad usaré lentes para escribir. Ya son varias en que necesito de ellos. Cuando devoramos un libro, sus páginas se comen también nuestra mirada. Hoy estoy aquí, en el filo del anochecer, escuchando las campanadas y el latir de las cercanías salpicadas de voces distantes, lenguajes caninos y automotores.
Sin asomarme a la calle, puedo adivinar que el panadero ya hizo su recorrido y que el herrero aun golpetea los perfiles de la ventana sin terminar. La vida pasa.
Sigo valorando los saludos, las tarjetas y uno que otro obsequio. No soy muy afortunado en estos menesteres. De aquí para allá, también ordeno los compromisos: regalarle a mi peluquero, al albañil que ha dejado plasmado en mi hogar, la vocación de su noble trabajo. La existencia es dar y recibir.
En una cosa sí soy muy estricto: no regalo lo que a mí me obsequian; lo que yo ofrezco, es algo que adquiero personalmente, pues existen por ahí algunos personajes que suelen regalar, los escombros ó desperdicios de lo que en esta temporada les llega.
Existen algunos, que de plano, como decían los abuelos, enseñan la oreja: uno de estos personajes, que se dedica a compilar frases, es célebre por incurrir en esta praxis: regala botellas que en muchas ocasiones todavía conservan las tarjetitas. Es terrible. Pero bueno, cada quien asume su estilo y su postura, en el escenario de la comedia humana.
A mí me parece que si yo voy a obsequiar algo, por modesto que sea, debe ser algo auténtico, algo que sea producto de mi esfuerzo. En otro sentido, regalar cosas que nos han dado y que no nos sirven, equivale a engañar con una falsa pose de desprendimiento, lo cual finalmente se sabe. Y por supuesto, cala más el desprestigio y la hipocresía de aquel que, se quiere pasar de listo.
En la columna de hoy viernes, justo en la víspera de la Noche buena, que mañana se celebrará, agradezco a todos aquellos que me han hecho algún obsequio, mismos que insisto, los puedo contar con los dedos de las manos, y me sobran. La verdad es que vivimos tiempos de austeridad.
Pero como bien lo enseña el viejo cuento de Scrooge de Charles Dickens, hay que dar algo, y hacer sentir bien a quien más lo necesita. Obviamente esto debiese ocurrir durante todo el año. Pero estaremos de acuerdo en que se acentúa más en esta época.
México es un país que, de hace unos 30 años a la fecha, se ha llenado de multimillonarios en dólares. Figuran entre los ricos más notorios, del mundo. Podrían ser los más notables, pero su codicia y pichicatería no se los permite.
En Estados Unidos, gentes como Bill Gates y Warren Buffett, cuyas fortunas juntas suman la asquerosa cantidad de noventa mil millones de dólares, han prometido que donarán gran parte de sus abultados patrimonios financieros a quienes más lo necesitan. Existe en ese país, un club de adinerados que lo integran magnates como Rockefeller, Lucas ó Paul Allen entre otros. Todos estos señores están conscientes de que deben de de volver algo de la burda y desbordante acumulación de riqueza.
¿Y sobre este mismo tema, que dicen mexicanos como Slim, los Peralta, los Zambrano, los Azcárraga o los Salinas Pliego..? Nada, absolutamente nada. En lugar de plantear algo parecido, se andan peleando televisoras y telefónicas por acumular más y más dinero.
En México, la plutocracia no tiene una visión humanista de la vida. Nuestra gran burguesía es una de las más voraces e insensibles.. no están dispuestos a desprenderse de nada que les represente, una merma en sus grotescos ingresos.
Siguen siendo Scrooges sin redención. Ávaros, y ambiciosos, empeñados en seguir evadiendo el pago de impuestos. En seguir chupando de los beneficios y las canonjías que les otorga el Estado mexicano.
Acá abajo, entre arbolitos con esferas, tamales y pachangas, el pueblo mexicano buscará pasar la frontera insegura del 2011. Flujo de paisanos. Movilización de tropas en carreteras…retenes…procuración de seguridad. El gobierno de Egidio sigue sin quitar el dedo del renglón.
Mientras tanto la vorágine del fin de año, continúa su curso. La raza ya a estas alturas acabó con los aguinaldos..vea usted los estacionamientos de las tiendas de autoservicio..a reventaaar. El hormiguero humano, cargando aparatos, ropa, piernas ,pavos, pollos, pan..comida…son los días de la abundancia.
La herencia española de echar la casa por la ventana….mientras los luteranos ahorran, los católicos le damos rienda suelta al mitote.
Que en esta Noche Buena, usted y yo, aunque tengamos familias disfuncionales, estemos todos unidos…que haya armonía y mucha prudencia para no propiciar ratos desagradables. Que dentro de lo posible, disfrutemos de una grata navidad y un esperanzador nuevo año.
Vamos a tomarnos una semanita…solo eso..y ya aqui en confianza, algunos sorbos de vinillo tinto.